Un país con más proporción de personas mayores de 65
años, con presencia de 200.000 inmigrantes, aumento de hogares
unipersonales e impactos negativos por el cambio climático, es el que se
describe en un estudio sobre el Uruguay del futuro.
Este retrato demográfico de Uruguay se describe
en una publicación del experto Juan José Calvo titulada El país que
viene: visión de largo plazo en relación a las políticas sociales con
perspectiva ambiental 2012-2030".
En dicho libro, el economista y demógrafo maneja tres
escenarios posibles que define como: el Uruguay del Desarrollo; el
Uruguay del Empate, y el Uruguay del Subdesarrollo (ver aparte).
Calvo señala que hay dos desafíos centrales y comunes a
los tres escenarios: la dinámica demográfica y el peso relativo y
absoluto que tendrán algunos grupos por edad de la población en el
futuro.
Sostiene que los niños y jóvenes "disminuirán su peso,
relativo y absoluto en la población total", por lo que cada uno de ellos
"debería ser considerado un tesoro, y la inversión para proteger y
garantizar el pleno desarrollo físico e intelectual debería ser una
prioridad".
En todos los escenarios, afirma Calvo en la
publicación, la población de adultos mayores crecerá a un ritmo muy por
encima del promedio del resto de los grupos de edades.
"Para el año 2030 tendremos 624.000 personas de 65 y
más años, de los cuales 162.000 tendrán más de 80 años. Y en el año
2050, las cifras ascenderán a 743.000 y 250.000 personas,
respectivamente, sobre una población total que alcanzará a 3.759.000, si
se mantienen las tendencias actuales ", indica.
"En particular, la población mayor de 80 años tendrá un crecimiento como nunca antes se ha observado", agrega.
Calvo considera que esto "supondrá desafíos
relevantes en varios planos y una presión financiera muy pesada para el
mantenimiento del sistema nacional de salud y el sistema de
jubilaciones y pensiones".
Inmigrantes.
En base a supuestos "cautos", Calvo estima que hacia
finales de este período proyectado "el país acumularía alrededor de
200.000 inmigrantes".
Señala que "las sociedades receptoras enfrentan
situaciones complejas para garantizar el ejercicio de derechos de sus
inmigrantes, quienes son particularmente vulnerables, además de sufrir
discriminación, comportamientos racistas y xenófobos". Por ello alerta
que "si la sociedad uruguaya se perfila para recibir nuevamente
inmigrantes, debe prepararse previamente para ello".
El demógrafo sostiene que la mejora en la
distribución de los frutos de la renta nacional dependerá de la
modificación de la actual matriz productiva del país -entre cuyas claves
se encuentran el desarrollo de la minería y de la industria forestal,
entre otras-, fenómeno que puede generar consecuencias negativas, como
"fuertes alteraciones en el mercado de viviendas y un fuerte incremento
de la prostitución y de las infecciones de transmisión sexual".
Hogares.
Por otra parte, dice que "es de esperarse que
disminuya la duración media de las uniones de pareja, y que las personas
tengan un mayor número de uniones sucevisas a lo largo de su vida".
La extensión de la esperanza de vida, y la
diferencia creciente por sexo, incrementará el numero de hogares
unipersonales (en mayor medida femeninos) y extendidos", añade. Esto
traerá consecuencias, "particularmente, en las políticas vinculadas a
brindar soluciones habitacionales".
Las consecuencias sociales de los efectos del cambio
climático hacia el año 2030 "no son claras", pero "sí predominan las
negativas".
Éstas "serían significativas en un horizonte temporal algo más alejado que el 2030".
La publicación de Juan José Calvo será presentada
hoy viernes, a la hora 15:00 horas, en la Sala de Conferencias de la
Facultad de Ciencias Sociales (Constituyente 1502).
Las tres hipótesis del futuro
El "Uruguay del Desarrollo" es un país pujante, moderno,
Abierto a los cambios. La inteligencia y la calidad
impregnan las políticas y los procesos. El ingreso es similar al de
algunos países desarrollados; su crecimiento demográfico es moderado,
con una presencia significativa de nuevos inmigrantes y la preocupación
por el ambiente tiene traducción en cultura y sensibilidad de la
población e implementación de políticas públicas acordes.
El "Uruguay del Subdesarrollo" es un país estancado,
reacio a los cambios y despreocupado por el ambiente. El ingreso
desmejora sensiblemente con respecto al presente; demográficamente, el
país envejece en su máxima hipótesis y declina en número; la emigración
internacional drena juventud y capacidades, y el Uruguay no es visto por
trabajadores y familias del resto del mundo como una tierra de
oportunidades. Es una sociedad en crisis y sin sueños colectivos. Los
temas ambientales no preocupan a la población ni ocupan espacios
relevantes en la agenda e institucionalidad públicas.
El "Uruguay del Empate" oscila en forma intermedia
entre las mejores y peores hipótesis de futuro. Los cambios y las
mejoras ocurren, pero lentamente y con retrocesos y contradicciones. No
se realiza el máximo potencial del país.
FUENTE: Diario El Pais.
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